Muchos son crueles, o bien provocan en los lectores un sentimiento de
terror y angustia. En otros, también hay muerte. Algunos ejemplos: La telaraña de Ryunosuke Akutagawa o El mesón de muchos pedidos de Kenji Miyazawa. También podemos poner aquí a los cuentos de fantasmas como los editados por Lafcadio Hearn.
En esta ocasión, se han traducido tres cuentos infantiles de Nankichi Niimi (1913-1943): Gon, el zorro; Adquisición de guantes; y Kimura de las Flores y los ladrones.
Niimi es uno de los cuentistas más famosos de la preguerra. Su
influencia ha sido tan decisiva que un premio de cuento infantil ha
recibido su nombre. Yoko Sano (1938-2010) es probablemente la más famosa
en haber obtenido este galardón. Por cierto, el año pasado dejó de
existir el Premio de Cuento Infantil Niimi. La industria de cuentos
infantiles en Japón está en la quiebra, en parte porque cada vez hay
menos niños, pero también por la existencia de una nueva literatura
infantil importada, como Harry Potter, que ha inhibido la aparición de
nuevos talentos japoneses.
Pero regresando la cavilación a Niimi. Sus obras, en especial Gon, el zorro
siguen siendo una lectura obligatoria para todos los niños japoneses.
Yo mismo, he leído de niño este cuento y me pareció bueno. Por esa misma
razón, he decidido traducirlo. Hay versiones en hindi, en alemán y en
inglés, pero no en castellano.
Por lo que toca la vida y la obra de Niimi. Él murió muy joven (a los
29 años), víctima de una tuberculosis. En este sentido, muchos lo han
equiparado con Kenji Miyazawa, quien también falleció muy joven y es uno
de los escritores más emblemáticos de Japón. Algunos los han puesto en
el mismo pedestal.
Sin embargo, hay diferencias. Niimi gozó de fama y pudo publicar,
aunque ya en el lecho de su muerte, varias antologías. Mientras que
Miyazawa simplemente nunca pudo ver publicada la mayoría de sus obras.
Otro punto de diferencia es el mundo que proyectan. Niimi muestra un
mundo menos cruel y utiliza menos la ironía. Los personajes son más
cálidos. En cambio, Miyazawa no. Muchos de sus cuentos, simplemente no
son aptos para un niño.
En las traducciones se han omitido citas. Algunos nombres de flores y
conceptos japoneses se han dejado tal y como aparecen en los cuentos.
Hay plantas que no existen sus nombres en castellanos y en otras
ocasiones ofuscan la lectura. Espero que sean de su agrado.
Fuente: cavilacionesdesdetokio.blogspot.com.es