Los recientes estrenos de 47 Ronin y The Grandmaster nos animan a tirar de memoria y recordar aquellaspelículas de artes marciales que llenaron los tiempos muertos de nuestra niñez catódica. Hemos hablado de series animepelículas anime y personajes anime, pero Bruce Lee, Donnie Yen, Tony Jaa, Jet Li o Van Damme son realmente los culpables de que sepamos más de kung fu que de geografía, y también de varias costaladas intentando repetir sus golpes.
Anárquica y heterogénea, como las propias artes marciales, en nuestra lista hemos incluido títulos de lucha cuerpo a cuerpo y a espada, filmes clásicos y contemporáneos, joyas ocultas y títulos de culto para millones de fans. ¿Cuáles son vuestras favoritas y cuáles echáis de menos?


El mono borracho en el ojo del tigre (1978)
Yuen Woo-ping, auténtico todoterreno del cine de artes marciales, dirigió la que es probablemente la película más famosa de la etapa china de Jackie Chan. La delirante trama fusiona dos estilos de kung fu que requieren muchísimo virtuosismo, el tigre y el mono, aquí mezclados en el fondo de una cubeta de vino peleón. Amante del film, Tarantino contrató los servicios de Yuen como coreógrafo de escenas en Kill Bill. 
Saga Ip Man (2008-2013)
El personaje histórico de Ip Man, núcleo de The Grandmaster, fue abordado recientemente en esta franquicia de cuatro filmes, dirigida por Wilson Yip y protagonizada por la superestrella Donnie Yen, que cosechó gran éxito en Asia. La trascendencia del personaje es una excusa para desplegar gozosas coreografías en las que Yen demuestra sus portentosas habilidades. 
Saga Ong Bak (2003-2010)
Tony Jaa, la gran estrella del cine de artes marciales tailandés, se dio a conocer en Occidente con esta trilogía concebida como vehículo de lucimiento de sus imponentes facultades. Misticismo, espiritualidad de manual y escenas que atentan contra la gravedad son los principales atributos de una saga que deja muy clara una idea: el cuerpo humano es una máquina letal.
Dragón (2011)
Cine policíaco, artes marciales y pensamiento oriental se conjugan en esta taquillazo del gran Peter Chan que protagonizan Donnie Yen y Takeshi Kaneshiro. Un maestro de artes marciales y un detective se buscan las cosquillas durante casi dos horas, brindando escenas tan antológicas como la pelea en el matadero de ganado.
Saga Érase una vez en China (1991-1993)
Los fans de las artes marciales rinden pleitesía a esta franquicia épica que supuso la consagración de Tsui Hark (director) y Jet Li. Éste da vida al legendario Wong Fei-Hung (1847-1924), maestro de artes marciales que plantó cara a ingleses, franceses y americanos durante el enfrentamiento entre China y las potencias occidentales a finales del siglo XIX. 
Dragon Gate Inn (1967)
Clásico absoluto de King Hu cuya influencia se deja notar incluso en la actualidad. El motor de la historia es la sangrienta venganza que planea el eunuco del emperador contra la familia del comandante del ejército imperial, caído en desgracia por los celos del eunuco. Los hijos supervivientes (un chico y una chica) son protegidos por un maestro de la espada que mantiene a raya a los esbirros del eunuco. Tsui Hark dirigió su remake.
The Street Fighter (1974)
Sonny Chiba, al que muchos conoceréis por su papel de Hattori Hanzo en Kill Bill, fue en su juventud uno de los actores de artes marciales más populares de Japón y, sobre todo, un icono para los fans del género en este país. Acaso su film más emblemático sea éste, dirigido por Shigehiro Ozawa, en el que da vida a un mercenario que protege la vida de la hija de un rico empresario. Lobezno inmortal chupa rueda.
Kill Bill (2003-2004)
Amante de los géneros populares y el detritus fílmico, Quentin Tarantino concentró su amor y conocimiento del cine de artes marciales en este genial díptico que desmenuza la venganza de la Novia (Uma Thurman), mujer ultrajada y dada por muerta el día de su boda por quienes fueran sus antiguos compinches. Fue la última gran aparición de David Carradine, el mítico Kung Fu televisivo. 
La leyenda del gran judo (1943)
La ópera prima de Akira Kurosawa, basada en una novelita de Tsuneo Tomita, es una carta de amor al judo que se convirtió en un auténtico bombazo de taquilla en su época. Susumo Fujita es Sugata, un joven obsesionado con el judo que aprende los secretos de esta disciplina al mismo tiempo que profundiza en las emociones de la vida. El propio Kurosawa dirigió la secuela, La nueva leyenda del gran judo (1945).
Retorno a Shaolin (1980)
La película más célebre de entre las protagonizadas por el mítico Gordon Liu, cuya carrera suma más de un centenar de apariciones, casi todas ellas relacionadas con las artes marciales; Tarantino le repescó en Kill Bill para dar vida a Pai Mei, el maestro de la Novia. En esta aventura con carga de profundidad social, Liu encarna a un luchador que ayuda a los trabajadores de una fábrica a reclamar sus derechos laborales.
Operación Dragón (1973)
Bruce Lee se convirtió en una estrella en EE. UU. gracias a este film, desproporcionadamente mitificado, que nos sitúa en el corazón de un torneo ilegal de artes marciales. Jim Kelly, Bolo Yeung, John Saxon (que no tenía ni idea de kung fu) y el propio Lee son los principales protagonistas de una historia que dejó para la historia el chandal amarillo de Bruce y sus grititos gatunos. 
Contacto sangriento (1988)
Aunque hoy sea una sombra de sí mismo, Jean-Claude Van Damme tocó la gloria entre finales de los años ochenta y principios de los noventa con una serie de filmes de bajo presupuesto que revolucionaron los videoclubes de la época. Uno de sus papeles más recordados es el de Frank Dux, luchador americano que participa en un legendario torneo de artes marciales. Enfrente, los pectorales con vida propia de Bolo Yeung.
La leyenda del luchador borracho (1994)
Divertida secuela de El mono borracho en el ojo del tigre que dirige Liu Chia-Liang, el mismo de la saga Shaolin de Gordon Liu y la mente maestra detrás de El mono tramposo sobre el fuego sagrado. Jackie Chan vuelve a explotar sus habilidades como luchador y showman en una serie de asombrosas secuencias en las que convierte toda clase de objetos en armas letales.  
Kung fu sion (2004)
Amada por unos y odiada por otros, hablamos de la propuesta más exitosa y original del actor y director Stephen Chow, fan fatal de Bruce Lee y amante de las artes marciales desde que era un crío. No conviene tomarse nada en serio, excepto la increíble energía física de Chow para repartir estopa entre sus compañeros de reparto. Tres años más tarde, el propio Chow repetía fórmula en la delirante Shaolin Soccer. 
Sin miedo (2006)
Consagrado ya en EE. UU., Jet Li volvió a su país para ponerse a la órdenes de Ronny Yu en este biopic dedicado a Huo Yuanjia (1869-1910), maestro de artes marciales a quien se atribuye la fundación de la Jin Wu Sports Federation, organización consagrada a salvaguardar el verdadero espíritu de las artes marciales. A veces es muy solemne, pero Li hace gala de su impecable sobriedad con los puños.
Hero (2002)
Zhang Yimou dio un imprevisible giro a su carrera con esta fantasía épica que aún hoy es un absoluto prodigio formal. Jet Li, Donnie Yen, Zhang Ziyi, Tony Leung y Maggie Cheung integran el formidable reparto de una aventura onírica y fascinante que fue nominada al Oscar a mejor película extranjera. Yimou siguió explotando el filón con La casa de las dagas voladoras y La maldición de la flor dorada.   
Dao (1995)
El prolífico Tsui Hark brilla más cuanto menores son sus pretensiones. Es el caso de esta modélica cinta de artes marciales con espada que vive por y para sus protagonistas. Zhao Wenzhuo se mete en la piel de On, joven aprendiz de artes marciales que emprende la caza del tipo que asesinó a su padre. Los duelos a espada se encuentran entre los mejores del género.
El furor del dragón (1972)
Bruce Lee escribe, dirige e interpreta este film de culto para miles de aficionados a las artes marciales que se desarrolla nada menos que en Roma. Hasta allí viaja Tang Lung, genio del kung fu que trata de defender a sus parientes, dueños de un restaurante, de la ira de unos mafiosos de medio pelo. La escena más memorable es el combate final entre Lee y un velludo Chuck Norris en el Coliseo. 
Buscando justicia (1991)
Imposible obviar a Steven Seagal en nuestro top. Antes de comerse a sí mismo y esconder sus ojos tras el botox, Seagal animó nuestra infancia con placeres culpables tan cochambrosos como Buscando justicia. Memorable su papel de Gino Felino, ángel vengador de estilismo imposible que reparte leña entre camellos, traficantes y policías corruptos. Obra maestra del subcine. 
Fist of the Red Dragon (1993)
Chan Chin-Chung y Yuen Woo-ping dirigieron a cuatro manos este chute de adrenalina que probablemente se encuentre entre las películas con menos diálogos de la historia. ¿Quién los necesita cuando tienes a Donnie Yen y Yuk Wong en plena forma? Ambientada en una edad imperial indefinida, Yen encarna al típico malo reconvertido en bueno que se venga de aquellos que intentaron manipular sus habilidades.  
Iron Monkey (1993)
De nuevo tenemos que hablar del insobornable Yuen Woo-ping, ahora para cantar las bondades de este mecanismo de relojería que parte del mismo principio argumental que la leyenda de Robin Hood para retratar el enfrentamiento entre dos monjes guerreros, uno que roba para ayudar a los pobres, y otro que debe cazarlo. Ambos acaban uniendo sus puños contra la amenaza de un monje Shaolin entregado a la locura. 
Encuentros en el más allá (1980)
Sammo Hung, leyenda viva del cine de artes marciales con más de 160 películas y series a sus espaldas, dirigió y protagonizó este delirio que cruza espadas, kung fu y vampiros. El bueno de Sammo, pelucón mediante, es retado a pasar una noche en un templo maldito donde habitan toda clase de criaturas del averno. La rapidez de sus puños y barrigazos será fundamental para salir sano y salvo y recuperar a su mujer. 
El espadachín manco (1967)
Un tipo de personaje clásico en el cine de artes marciales es el del luchador que padece algún tipo de minusvalía y, sin embargo, resulta tan letal como uno de una pieza. Acaso el más memorable de todos sea Fang Kang, joven criado en una escuela de artes marciales que pierde un brazo a consecuencia de un giro fatal del destino. Ello no le impide convertirse en el mejor espadachín de su tierra y enfrentarse a una banda de maleantes.
Tigre y dragón (2000)
La obra maestra de Ang Lee puso de moda en Hollywood el cine de artes marciales, tras décadas de confinamiento del género en las divisiones de la serie b y z. Una puesta en escena espectacular, un reparto brillante y suntuosas coreografías aéreas le valieron cuatro Oscar y abrieron las puertas de la Meca del cine a estrellas comoZang Zhiyi, Michelle Yeoh y Chow Yun-Fat. Se habla de una secuela para 2014 dirigida por Yuen Woo-ping. 
Guerreros legendarios (1983)
Ching Siu-Tung escribió y dirigió esta joyita que sintetiza los temas, personajes y tramas más característicos del cine de arte marciales. Un torneo legendario, peleas a espada y cuerpo a cuerpo, dos enemigos que acaban siendo amigos y coreografías imposibles alimentan una hora y media de goce para los fans más aguerridos.